Cuando los malos eligen objetivos, no se fijan sólo en la apariencia y la ropa; se centran en algunos aspectos clave.
Las investigaciones en psicología criminal muestran que, cuando los malos eligen objetivos, están más interesados en encontrar personas que parezcan más vulnerables a la victimización. Estos objetivos suelen tener las siguientes características:
Caminar solo
Las personas que caminan solas tienen más probabilidades de ser objeto de ataques porque carecen del apoyo y la protección de acompañantes y les resulta más difícil conseguir ayuda cuando están en peligro. Planifique su ruta con antelación, elija calles transitadas y bien iluminadas, y evite los caminos solitarios y poco iluminados. Antes de salir, comunique a sus amigos y familiares su itinerario, destino y hora prevista de llegada, y manténgase en contacto regularmente. Lleva contigo algunas herramientas de autodefensa, como spray de pimienta o alarmas, para hacer frente a posibles peligros. Apúntate a cursos de formación en autoprotección para aprender a manejar posibles ataques y mejorar tus habilidades de autoprotección.
Falta de confianza en el lenguaje corporal
Las personas que bajan la mirada hacia sus teléfonos, no prestan atención a su entorno y muestran un lenguaje corporal nervioso o inquieto tienen más probabilidades de ser blanco de un ataque. Por tanto, hay que ser valiente y atrevido, mantener un estado de confianza y darse más ánimos. Mantén una postura recta y evita acciones como mirar hacia abajo o encogerse de hombros, ya que pueden transmitir falta de confianza o desinterés.
Mostrar sumisión
Las personas que muestran conformidad y sumisión tienen más probabilidades de convertirse en objetivo. Suelen acatar órdenes con facilidad y son más propensas a ceder cuando se ven amenazadas. Desarrollar la capacidad de analizar, juzgar y resolver problemas de forma independiente puede ayudar a concienciar sobre el pensamiento independiente y reducir la probabilidad de obediencia ciega. La confianza en uno mismo puede ayudarnos a mantenernos firmes frente a la autoridad y las exigencias. Al aumentar la confianza en uno mismo, podemos resistir mejor la presión para conformarnos.
Los malos también tienen en cuenta el escenario del crimen a la hora de elegir objetivos. Los siguientes escenarios pueden hacer que las víctimas sean más vulnerables y más fáciles de convertir en objetivo:
Lugares remotos: En zonas remotas y poco pobladas, las víctimas tienen más dificultades para buscar ayuda, lo que aumenta la probabilidad de que se cometan delitos y aumenta la confianza de los delincuentes.
De noche: La escasa iluminación nocturna hace que la gente baje la guardia, lo que facilita el ataque de los delincuentes.
Lugares concurridos: En lugares concurridos como autobuses y metros, aunque las medidas de seguridad son estrictas y hay mucha gente alrededor, lo que reduce en cierta medida la probabilidad de que se produzcan delitos, la complejidad del entorno debido a la multitud permite a los malos acercarse a las víctimas aprovechando el caos, lo que dificulta que se den cuenta y se resistan. Incluso si se resisten y se dan cuenta, suele ser difícil identificar al agresor.
La investigación en psicología criminal también revela que determinados grupos tienen más probabilidades de ser objeto de ataques, entre ellos:
Adolescentes: A menudo carecen de experiencia social y tienen poca capacidad para enfrentarse al peligro, lo que facilita el éxito de los malos.
Ancianos: Pueden ser físicamente más débiles y tener poca capacidad para enfrentarse al peligro, lo que les convierte en objetivos.
Grupos vulnerables: Las personas con discapacidad, las mujeres embarazadas y otros grupos vulnerables pueden convertirse en objetivos debido a su movilidad limitada y su escasa resistencia.
Basándonos en investigaciones de psicología criminal, podemos concluir los siguientes consejos para protegernos mejor:
Aumentar la concienciación sobre la seguridad: Mantente siempre alerta y presta atención a lo que te rodea, evitando comportamientos como mirar el móvil o no prestar atención a tu entorno.
Evite caminar solo: Intente pasear con amigos o familiares, evitando caminar solo, sobre todo de noche y por distancias largas.
Establezca una imagen de confianza: Mostrar un lenguaje corporal seguro y decidido, evitando mostrar nerviosismo o sumisión.
Elige lugares seguros: Evite permanecer mucho tiempo en zonas remotas y poco pobladas, y prefiera lugares con buena iluminación y concurridos.
Mejorar la capacidad de respuesta: Aprenda métodos para enfrentarse al peligro, como la defensa personal y las alarmas, y busque formación profesional si es necesario.
No es muy probable que los malos tengan como objetivo a las mujeres que visten provocativamente o tienen buen aspecto. Al contrario, estas personas suelen tener un aspecto demasiado distintivo, lo que hace que los malos duden a la hora de actuar. Por lo tanto, es más probable que tomen como objetivo a quienes son más vulnerables, se encuentran en escenarios vulnerables y pertenecen a grupos específicos.
Así pues, sólo aumentando la conciencia de seguridad, evitando situaciones peligrosas y mejorando la capacidad de afrontar el peligro, podremos protegernos mejor y reducir el riesgo de ser blanco de los malos.
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